La confianza en uno mismo

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La confianza en uno mismo es necesaria para la correcta evolución de nuestra vida. Sin ella, nos sumimos en un mar de desconfianza, de indecisión, de complejos y de personas que no paran de aconsejarnos en todo momento qué debemos hacer en cualquier aspecto de nuestra vida. Las personas de tu alrededor son capaces de percibir si eres una persona que confía en sí misma o no. Lo malo es que con sus “consejos para todo” no fomentan la confianza, sino la dependencia a los demás. Debido a esto, nos puede invadir el sentimiento de que no dirigimos nuestra vida, de que son los demás los que deciden por nosotros. La sensación de pérdida de control hace disminuir cada vez más la confianza en nosotros mismos. ¿Hay alguna manera de recuperarla?, ¿puedes llegar a tener la confianza propia de una persona exitosa? Sí. Y de ello voy a hablarte en este artículo.

Nacemos con la confianza en nosotros mismos.

La autoconfianza es lo que impulsa al niño a querer andar, correr o saltar más alto. El ve cómo los adultos andan, corren y saltan en las olimpiadas, y se siente con el deseo y confianza suficientes de probar una y otra vez algo que, hasta ese momento, no había podido lograr, andar. Si se cae, se levanta, pero no renuncia a su sueño. No sabe cuanto tiempo le llevará aprender, pero lo que tiene claro es qué quiere y cómo lo va a conseguir cueste lo que cueste. ¿Conoces a alguien que no ande, corra o salte porque le faltó la confianza cuando era pequeño? Este es solo un ejemplo que muestra la autoconfianza innata en los niños pequeños. Puedes reflexionar sobre el habla, la escritura, la lectura, etc. Si el niño se lo propone, lo consigue.

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¿Qué le pasó a nuestra confianza?

Entonces, ¿Cómo han llegado muchas personas a perder la confianza en sí mismas? La respuesta está en los fracasos y los comentarios de terceras personas cuando estos se producen. Muchas personas ven en la palabra “fracaso” el fin de un sueño, deseo o progreso, pero nada está más lejos de la realidad. La palabra fracaso significa, según varios diccionarios, “falta de éxito o resultado adverso”. ¿Crees que un fracaso es motivo para renunciar a tus sueños? 

Cuando Edison inventó la bombilla no lo consiguió al primer intento, después de más de mil intentos, un discípulo suyo le preguntó por qué persistía en construir una bombilla si tras más de 1000 intentos no había conseguido más que fracasos. Edison, respondió: "no son fracasos, he conseguido averiguar 1000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla". Realmente, Edison, estaba más cerca de su objetivo; tras 1879 intentos encontró el filamento perfecto para su bombilla: hilo de bambú carbonizado. De no ser porque Edison no veía fracasos, sino intentos, la vida no sería hoy como la conocemos. Su invento cambió el mundo. No veas un fracaso como el fin de una ilusión, sino como el principio de un nuevo camino para conseguir lo que deseas. Fracaso no es sinónimo de renuncia, recuérdalo.

En el caso de Edison hemos visto los dos ingredientes que destruyen la confianza en uno mismo: los fracasos y los comentarios desafortunados de personas bienintencionadas. En la sociedad en que vivimos es normal el pensamiento “si yo no he podido, tú tampoco puedes” y “si otros no pudieron, ¿por qué vas a poder tú?” Menos mal que siempre han habido personas con la suficiente confianza en sí mismos para decidir continuar hacia adelante a pesar de no tener el apoyo de otras personas. Tu percepción del fracaso debe ser razonable y no catastrófica. El que no hayas conseguido con tu primer intento alcanzar tu sueño, no quiere decir que no lo puedas alcanzar en los próximos intentos, y el que haya personas que no confíen en ti, no quiere decir que tú también tengas que dejar de confiar en ti.

Mira el mapa antes de empezar a caminar.

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Para un aventurero es de vital importancia consultar su mapa para ver dónde está situado su objetivo, qué obstáculos lo separan de él, y cual es el mejor camino para llegar. Sería ilógico querer ir hacia el norte y empezar a caminar sin determinar donde estamos, qué nos separa de nuestro objetivo, y en qué dirección andar. Es aquí donde entra tu responsabilidad. Es cierto que debes luchar por avanzar hacia tu sueño, pero asegúrate de que tu sueño se encuentre en la dirección en la que avanzas. Cada vez que quieras conseguir algo, reflexiona sobre su viabilidad, si está actualmente a tu alcance, y si tienes las cualidades, conocimientos y posibilidades para conseguirlo. Una persona de 50 años, la cual nunca ha practicado deporte, puede desear un cuerpo atlético, pero su edad se lo impedirá. Que tus objetivos estén en armonía con tus circunstancias y capacidades. Aunque habrá ocasiones en las que puedas cambiar tus circunstancias y mejorar tus capacidades para conseguir ciertos objetivos, habrá ocasiones en las que esto no te sea posible. Solo a ti te corresponde evaluar si una meta está a tu alcance. Antes de emprender un viaje, consulta el mapa.

Evalúa las opiniones de los demás.

Los consejos que te puedan dar las personas de tu entorno pueden ser acertados, o no. Tienes que evaluar cada consejo que te den para determinar con cuales te quedas y con cuales no. No confundas la autoconfianza con la testarudez. La persona que confía en si misma no tiene miedo de contrastar opiniones, pues sabe que sus metas y objetivos están bien meditados y estudiados. Pero si tomas decisiones sin pensarlas lo suficiente, te asaltarán dudas cuando alguien te aconseje desistir por ciertos motivos. La confianza en uno mismo se gana siendo planificadores, constantes y tolerantes con las opiniones de los demás. Si tienes razones bien fundamentadas para actuar como lo haces, podrás explicárselas a las personas que no confíen en tus posibilidades de éxito en tus proyectos. Pensar antes de tomar decisiones y actuar después, es la clave para no echarse atrás al primer obstáculo.

No esperes tener éxito en todo.

Debes ser realista, no debes querer acertar siempre en tus decisiones. Los seres humanos cometemos errores, y cuando estos lleguen hemos de tratarlos como lo que son, errores, no fracasos absolutos.  Cuando llegue un fracaso piensa que no es absoluto y trata de encontrar el lado positivo de la situación. El hecho de haber luchado por tu sueño tiene que darte la confianza de que eres una persona luchadora. Solo estas personas son capaces de conseguir que sus vidas tengan sentido. Seguro que en el proceso de lucha aprendes cualidades y destrezas que, de otra forma, no hubieras adquirido. Las personas que fracasan por no haber pensado antes de actuar son las que día a día ven bajar la confianza en sí mismas.

Cómo conclusión, te aconsejo que entierres el mal concepto que puedas tener acerca de ti, y que te veas como una persona renovada, que va a aprender a luchar por lo que quiere, que antes de actuar meditará en los pasos que debe dar y que sabrá responder con argumentos convincentes a aquellas personas que intenten socavar tus sueños. La persona que eres ahora es infinitamente diferente a la que puedes llegar a ser, el límite lo pones tú.

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