Eliminar las emociones negativas

Las emociones negativas son altamente destructivas, son el ácido que corroe nuestro ser. Es imposible mantener una vida feliz y exitosa cuando dejamos las puertas abiertas al miedo, la autocompasión, la envidia, los celos, los sentimientos de inferioridad y la ira. Son grandes enemigos que no vacilan en quitarnos las energías físicas y mentales, agotándonos y quitándonos la alegría de vivir. Si detectamos que en nuestro interior viven estas emociones, o alguna de ellas, nuestra prioridad debe ser eliminarlas y detener su influencia negativa. Lo primero que tenemos que hacer es identificar las cuatro causas principales de las emociones negativas:

La justificación

La única manera de poder mantener dentro de nosotros sentimientos negativos es justificándolos, ante los demás y ante nosotros mismos, pensando que tenemos todo el derecho de sentirnos así de furiosos o indignados por alguna situación o persona. Si lo miramos al revés, no podemos seguir en ese estado si pensamos que nuestra actitud no está justificada. Brian Tracy en su libro "Metas. Estrategias prácticas para determinar y conquistar sus objetivos" lo ilustra de la siguiente manera: 

     "Por ejemplo, a alguien lo despiden del trabajo debido a la mala marcha de la economía y a la disminución de ventas de la empresa. No obstante, esa persona está furiosa con su jefe por esa decisión y justifica su furia describiendo todas las razones por las que su despido es injusto. Incluso puede dejarse dominar por la ira y decidir demandar a la empresa o desquitarse de alguna manera. Mientras continúe justificando sus sentimientos negativos hacia su jefe y la empresa, sus emociones negativas lo controlarán y ocuparán una gran parte de su vida y sus pensamientos.

     En cambio, en cuanto dice: «Bien, me han despedido. Son cosas que pasan. No es nada personal. Todo el tiempo están despidiendo a gente. Supongo que será mejor que me ponga a buscar otro empleo», sus emociones negativas se desvanecen.

Consigue el sosiego, la claridad y concentrarse en la meta y en los pasos que puede dar para volver a entrar en el mundo laboral. En cuanto deja de justificarse, se convierte en una persona más positiva y eficaz."

Las excusas o racionalización

Disfrazar con razonamientos y explicaciones socialmente aceptables un acto o pensamiento socialmente inaceptable.

Cuando utilizamos esta manera de actuar estamos inventando una excusa que suena bien y que nos sirve para dos tipo de objetivos; el primero es darle un aspecto más favorable  a algo que hemos hecho y por lo cual nos sentimos mal (excusar lo inaceptable), y la segunda es arrojar luz desfavorable sobre algo que, aunque es lo acertado,  no queremos reconocerlo, pues ello conllevaría reconocer que estábamos equivocados (rebatir lo aceptable). Esta peligrosa conducta nos impulsa a elaborar argumentos complejos para demostrar que tenemos razón aun cuando en nuestro interior sabemos que no la tenemos. Esta forma de actuar alimenta las emociones negativas, haciendo que cada día estén mas vivas en nuestro interior. No es de extrañar que las personas que tienden a excusar o racionalizar sus actos estén constantemente convirtiendo a cualquier cosa o persona en la fuente y causa de sus problemas; en otras palabras, nosotros adoptamos el papel de víctima y asignamos el papel de opresor o malo a la otra parte.

No se base en las opiniones de los demás

Esta es la tercera causa de las emociones negativas. Preocuparnos de forma excesiva por la manera en que los demás nos tratan, por las opiniones que tienen de nosotros, o incluso por cómo nos miran, es crearnos una imagen de nosotros mismos basada en la opinión de los demás. Llegados a ese punto ya no vemos nuestros méritos propios ni nos valoramos de la forma en como debiéramos. ¿Qué conexión tiene esto con las emociones negativas? Mucha, si las opiniones que recibimos o percibimos a cerca de nosotros son negativas, se ajusten o no a la realidad, nos sentiremos enfadados, incómodos, avergonzados, nos envolverán los desalentadores sentimientos de inferioridad, depresión, autocompasión y, por último, la desesperación. De ahí que muchos psicólogos apunten al hecho de que en nuestra sociedad actual, casi todo lo que hacemos y decimos es con el propósito de ganarnos el respeto de los demás, y si ya lo tenemos ganado, es para no perderlo. 

Asuma su absoluta responsabilidad

Por último, las emociones negativas pueden estar causadas por este cuarto aspecto: Culpar siempre a los demás. Esta actitud es la peor de todas, el único aspecto bueno que tiene es que cuando ésta muere, las tres causas anteriores que hemos tratado se debilitan y mueren también. Podríamos asemejarlo al cuadro de luces de un hogar con sus interruptores de apagado y encendido correspondiendo cada uno a una zona de la casa, sin embargo justo al lado de estos se encuentra el interruptor general que, si hacemos uso de él, nos asegura que todas las zonas de la casa se apagarán. No importa cuantos aparatos electrónicos tengamos en casa, todos ellos dejarán de funcionar de inmediato.

Ahora que sabe las cuatro causas de las emociones negativas es el momento de poner manos a la obra aceptando nuestra completa responsabilidad de la situación en la que nos hallamos. Es imposible, e incoherente, reconocer que somos responsables absolutos de nuestra actual situación y a la vez seguir enfadados. Cuando aceptamos nuestra responsabilidad se cancelan las emociones negativas para dar paso a las emociones constructivas dirigidas a las soluciones en vez de a los problemas. A partir de ese momento nuestras energías físicas y mentales van dirigidas exclusivamente hacia el futuro, y nos invade el sentimiento optimista que tanto necesitamos para alcanzar nuestras metas en la vida. Con esta actitud renovada no hay cosa alguna que no pueda lograr, pues ahora tiene las riendas de sus emociones.

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