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Independientemente de la edad que
tengamos, estamos capacitados para aprender, desarrollar y potenciar nuestro
cerebro, nunca es demasiado tarde para cambiar. Podemos convertirnos en la
persona que deseamos si ponemos el debido empeño. Esto quiere decir que debemos
desterrar para siempre la excusa: “Yo soy así, qué le voy a hacer…”. Sin
embargo, esta es una expresión que seguiremos escuchando por parte de aquellas
personas que se han acomodado y les viene de maravilla utilizar dicha excusa.
Creo que este no es tu caso, de hecho, si estás leyendo este artículo, es porque probablemente seas una persona que desea desarrollar su personalidad,
habilidades sociales, mentales, emocionales, etc.
¿Por qué entonces nos cuesta tanto trabajo conseguir ser
como deseamos? El desarrollo personal,
propiamente dicho, es algo que muy
raramente infunden los padres a los niños. Otro tema muy distinto es la
educación en los modales y el respeto, los cuales sí se suelen inculcar en los
niños. Un ejemplo podría ser la autodisciplina, la cual no se inculca de forma
intencionada y constante en los niños. Por eso, muchos niños, y no tan niños,
desarrollan una actitud de dilación. Esta actitud, cuando se hace una
costumbre, modifica el desarrollo de
nuestras neuronas y sus sinapsis (conexiones) entre ellas, creando lo que se
puede denominar “carreteras” que van hacia ciertos hábitos negativos. Cuando
queremos cambiar dichos hábitos, debemos crear nuevas sinapsis o “carreteras”
que nos dirijan hacia el hábito que queremos alcanzar y mantener.
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Solo cuando dejes definitivamente de pasar por el camino que
quieres eliminar y tengas la costumbre de pasar únicamente por el camino recién creado, tu cerebro te seguirá. Si pones empeño en crear un camino hacia
la disciplina, pero de vez en cuando pasas por el camino de la dilación, no
lograrás que tu mente olvide el camino de la dilación y lo mantendrá viable
para utilizarlo en futuras ocasiones. De ahí que cuando queremos dejar un mal
hábito, no debemos volver a él bajo ningún concepto. Solo así lograremos hacer
uso de la plasticidad cerebral y cerrar el camino hacia el mal hábito.
Por todo esto, te sugiero que, si quieres realmente poner en
práctica los muchos consejos, sugerencias y técnicas que te enseño en esta web,
te esfuerces por hacer cambios definitivos. Esto me hace pensar en un
acontecimiento histórico; cuando Hernán Cortés quemó las naves para que sus
soldados no pudieran regresar a ellas en retirada, dejando ante ellos la única
posibilidad de avanzar y conquistar, o morir. Nosotros debemos hacer igual,
“quemar” simbólicamente nuestros malos hábitos y actitudes y contemplar tan solo el
nuevo camino que nos hemos marcado haciéndolo el único posible. Solo entonces,
nuestro cerebro dejará morir los antiguos hábitos y actitudes para centrarse
exclusivamente en los nuevos que queremos adquirir.
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Hace once años se pensaba que el cerebro, al igual que el
cuerpo, envejecía. Hoy sabemos, gracias a numerosos estudios y avances
tecnológicos, como las resonancias magnéticas cerebrales, que el cerebro, independiente de los años que tengamos, ya sean veinte o noventa, conserva su plasticidad, su capacidad de desarrollar las neuronas y crear
nuevas sinapsis (caminos) que nos conduzcan a ser la persona que deseamos.
Aprovecha este nuevo descubrimiento y convéncete de que si quieres… ¡puedes!
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Bravo, gracias por esta perspectiva, es siempre una lectura interesantisima para la buena evolucion de todos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarLa verdad es que dudaba sobre si debía escribir a cerca de la plasticidad cerebral en AutoayudaEficaz, pero consideré que sería bueno dar a conocer algo tan ligado a nosotros y nuestras expectativas personales.
Me alegra que te haya gustado. Un saludo