lunes, 13 de junio de 2011

Hablar en publico - Pronunciacion

Todos nosotros lo hemos hecho en más de una ocasión, y mientras que para algunos es todo un placer, para otros es una tortura; nos referimos a hablar en público. ¿Por qué existe esa diferencia?, ¿Qué podemos hacer para que algo que suele dar tanto miedo se vuelva un placer? De todo esto vamos a hablar en una serie de artículos. Hablar ante personas de manera fluida, controlar los nervios,  mirar a los ojos de los que escuchan, convencer y transmitir emociones y entusiasmo está al alcance de todos. Se puede comparar a sumar y restar; ninguno hemos nacido con esa facultad, pero como nos han enseñado, lo hacemos de forma natural. Sin embargo, si una persona no ha ido nunca a la escuela no sabrá ni sumar ni restar. Esto no significa que no esté capacitada, pues solo hace falta que alguien le enseñe para que estas operaciones matemáticas no le supongan ningún problema. Si te cuesta hablar en público estás de enhorabuena, porque solo sabiendo cómo hacerlo, podrás dejar atrás tu miedo e inseguridad para empezar a disfrutar de la gratificante sensación de hablar exitosamente ante los demás.

Esta serie de artículos se irán publicando aquí mismo, en www.autoayudaeficaz.com. Esto te permitirá practicar y dominar cada objetivo mientras se publica el siguiente. Hoy comenzamos con un aspecto muy importante: La pronunciación.

Objetivo 1. Pronunciar con claridad las palabras.

A muchas personas, debido a su timidez o a una baja autoestima, tienden a “hablar hacia adentro”. Esto es lo contrario a expresarse con claridad, pronunciando correctamente las palabras. Incluso una frase que empiecen a decirla con un volumen audible, la acaban con un volumen de voz bajo que dificulta la comprensión para el que escucha. Quizás la persona quiera decir: “¿Me permite, por favor?” y termine diciendo “¿Me permit, pr favr?”. Esto es lo que oye la persona. Aunque el que ha hablado sabe lo que ha dicho, no ha llegado con claridad a los oídos de la otra, y entonces se repite la temida frase “¿Qué ha dicho?” o “¿Me lo puede repetir?”. Este es un problema muy serio que afecta negativamente a la autoestima, pues uno puede pensar que no está a la altura de los demás. Estas personas que hablan en un tono insuficientemente alto, o que no pronuncian con claridad las palabras, son incapaces, en muchas ocasiones, de decir “No”. Si les piden algo, lo hacen aunque no estén del todo de acuerdo, pues exponer su negativa incluye hablar con convicción, y no se ven capaces de poder hablar así. Por eso optan por renunciar a su derecho de negarse, sintiéndose anuladas por los demás.

¿Quiere decir todo esto que las personas que tienen este problema no saben pronunciar bien las palabras ni hablar en un tono audible por los demás? ¿Tienen que aprender a hablar con convicción? ¡De ningún modo! Estas personas saben perfectamente pronunciar bien las palabras y hablar en tono alto, firme y audible. De hecho, cuando discuten con familiares, amigos íntimos o pareja, no tienen problemas para hacerse entender con claridad y convicción. Esto se debe a que hay una relación muy estrecha con esas personas de su entorno y, por lo tanto, la confianza necesaria para decir “No” a ciertas propuestas, alzar la voz y convencer con sus argumentos. Pero cuando se encuentran ante una persona poco conocida, diez o cien, no hay esa relación estrecha y, por lo tanto, tampoco hay la seguridad necesaria para hablar de forma adecuada.

Entonces, ¿Qué se puede hacer para hablar con las personas desconocidas con la misma seguridad que con las personas allegadas?

  • Practica la lectura en voz alta. Este es un ejercicio magnífico para practicar la pronunciación correcta de las palabras. Intenta leer con el suficiente volumen y a un ritmo apropiado. Si te cuesta al principio, no te desanimes; la práctica te ayudará a hacerlo cada vez mejor.
  • Graba tu voz cuando leas. Esta es la mejor manera de saber si has conseguido tu objetivo o si tienes que seguir trabajando en él. Cuando te escuches, seguramente no te gustará el resultado de la lectura. Te darás cuenta de qué aspectos tienes que trabajar; el volumen, el ritmo de la voz, la pronunciación…etc. Graba tu voz y escúchala tantas veces como sea necesario. Te sorprenderás por lo rápido que avanzas.
  • Cuando hables, mira hacia el rostro de la persona (si estás haciendo el ejercicio de grabar tu lectura, sostén en alto el artículo que leas y si lo deseas puedes mirar una foto de alguien que quede a la altura de tu cabeza.). Esto permitirá que el aire de los pulmones salga mejor hacia afuera, pues la tráquea estará más abierta, contribuyendo a la claridad y volumen de las palabras habladas.
  • Intenta relajar los músculos del cuello, la mandíbula, los labios y la cara. Muchas veces la tensión y rigidez en estas zonas provocan que no se muevan de forma correcta, dando lugar a una voz tensa, comedida y artificial. Recuerda que el cerebro envía órdenes para que estos músculos se muevan mientras hablas. Si no están relajados no responderán de inmediato a esas órdenes. Busca la naturalidad en tus palabras; respira hondo y relaja estas zonas buscando el equilibrio de tensión; ni muy relajadas ni muy rígidas.

Siguiendo estos consejos, conseguirás tu primer objetivo: Pronunciar con claridad las palabras.
En el siguiente artículo hablaremos sobre un segundo aspecto: Cómo hablar de manera fluida.

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2 comentarios:

  1. Gracias Anónimo del 19 de agosto de 2011 10:04

    Nos satisface saber que ha sido de su agrado el artículo.

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